Cartas a distancia, documental dirigido por Juan Carlos Rulfo, es un acercamiento a familias y a personal médico que se convirtieron en víctimas de la pandemia de la COVID-19. A tres años de la llegada de esta enfermedad a México, el filme funciona como una herramienta de catarsis de un suceso que hemos querido olvidar en los últimos meses.
Ciudad de México, 16 de marzo (SinEmbargo).- Hace tres años, trabajadores se despidieron de sus compañeros y se fueron a casa con la esperanza de volverse a ver pronto y de que serían apenas unas semanas lo que duraría el encierro impuesto después de que la Secretaría de Salud anunciara la implementación de la Jornada Nacional de Sana Distancia como medida preventiva para evitar contagios por la pandemia de COVID-19.
Sin embargo, no sería así, las semanas se convirtieron en interminables meses y muchos trabajadores no volverían si quiera a sus empleos al convertirse en una de las millones de víctimas del mortal virus.
El 2020 cayó de golpe al mundo, fue año donde la incertidumbre reinó. La pandemia por COVID-19 modificó las dinámicas en todos los sentidos, como la comunicación e interacción de las sociedades.
A tres años de escuchar por primera vez el "Quédate en casa", hoy parecen más distantes que nunca esos días en que aprendíamos a usar cubrebocas y operar desde nuestras trincheras.
Ahora el documental Cartas a distancia, del cineasta Juan Carlos Rulfo, nos transporta a ese tiempo a través del arte para sensibilizarnos sobre algo que no ha desaparecido y cuyas secuelas siguen presentes.
"Hubo un momento en el que dije ‘¡Qué curioso! Siento que ya pasó hace muchísimo’, y ahora más todavía. Pienso dos cosas, que también hay como una resistencia, unas ganas de olvidar, porque toda infraestructura de la memoria y de la información se han volcado en negar que existió esto de alguna manera, en hacernos sentir que todo esto ya pasó, que volvamos a la nueva normalidad, que de por si hay aún muertos de COVID, está ahí la nueva ola, pero siempre es la nueva normalidad la que marca y finalmente este espacio se queda como que tenemos una memoria muy corta, en muchos sentidos, en cualquier evento, en cualquier tragedia", reflexiona Juan Carlos Rulfo en entrevista con SinEmbargo.
"Hay tantos eventos que suceden todos los días que también esto se va quedando atrás, y precisamente creo que la película cumple su función, el arte cumple la función de ir recogiendo desde atrás todo el mundo que ya se fue, toda este padecería de cosas que cayeron y uno como que los va juntando en una canastita, la gente voltea y es como ‘¡Miren lo que se les cayó a todos!’. Todo eso nos pasó, pero aquí ademas ocurre otra cosa, que fue tan impactante, que la gente sí se quedó con algo ahí atorado, que cuando ven la película sale, y resurgió de una forma muy curiosa, no es como cualquier otra evento, marcó y dejó ahí una huella muy profunda, pero está tapada con toda esa necedad de que las cosas ya pasaron o ya existió", agrega.
Cartas a distancia son las historias de cinco familias víctimas de la COVID, gente que se contagió en medio de una enfermedad de la que no se sabía nada y también personal de salud que le hizo frente pese al riesgo que corría.
El documental se acerca a la intimidad de las familias y se convierte en una herramienta de comunicación entre éstas y sus enfermos que permanecen internados. Mientras que el personal de salud intenta sostenerse en medio de esta crisis sanitaria y a los que ahora podemos conocer sus rostros.
"Hay una necesidad, una disposición a escuchar, y también a sanar por los dos lados, todos los trabajadores de salud pública y la gente en general. Ambos grupos tenían sus traumas y tenían sus broncas. Por supuesto, el personal de salud vivió esto a mil por hora, no había tiempo ni para parar ni para ver quién te apapachaba; y la gente, le pasaba lo que le pasaba, perdían a sus seres queridos y se iban a guardar y bajo toda esta nube de ‘olvídalo', 'ya pasó', 'nadie tiene porqué escuchar tus penas’".
A través de los pasillos de una de las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), un enfermero y una pequeña cámara se convierten en el "Hermes" en medio de la pandemia, en el único canal de comunicación entre la angustia de las familias y sus enfermos que no saben si volverán a ver.
No estaba claro qué sucedía y la cura parecía estar lejos, sólo confusión y la desinformación parecían tener lugar en medio del caos.
"Para mí fue efectivamente una crisis de la comunicación en el sentido más amplio. En una crisis social, los medios que de pronto están tan sofisticados, tan poderosos y llenos de otros medios, se dedicaron no solamente ha jugar los datos duros, ha pegar para polarizar de alguna manera, descalificando muchas acciones. Y no voy a defender a ninguna institución porque de hecho nunca se dieron cuenta que grabábamos, ni nos dieron permisos, pero lo cierto es que sí había carencias, esto nos agarró a todos desprevenidos, no podíamos decir ‘estábamos preparados para lo peor, no, eso es falso y hay que aceptarlo".
La desolación inunda las escenas de Cartas a distancia, mensajes llegan a su destino y otros no, aunque la esperanza también forma parte de esta cinta que busca ser una ventana de catarsis para todo aquel que guardó su dolor.
El filme recuerda algo que muchos se niegan a aceptar que sucedió. Funciona como una herramienta que transporta a ese dolor de manera digna para sensibilizar al espectador.
"Pudo haber sido mucho más morbosa la comunicación, en el '¿cómo estás?', '¿qué sientes?', y qué tanto puedes estar regocijándote en el dolor del otro, para tratar de sacar supuestamente mayor jugo para que entonces todo aquello sea 'más dramático y más vendible', pero era cuidar a la gente y darle una cierta dignidad que más bien se trate de esto de la comunicación y no solamente regocijarte en el escándalo", recuerda el cineasta que destaca el trabajo de Melissa Del Pozo frente al guión.
El documental, que se encuentra disponible en Netflix, relata un pedacito de cómo varias personas vivieron la crisis de esta pandemia a través de familias, personal médico y una voz en off que narra en primera persona los síntomas que tuvo del virus y los miedos que la rodeaban.
Juan Carlos Rulfo, hijo del escritor Juan Rulfo y director de otros trabajos como ¡De Panzazo! (2012) y Lorena, La de Pies Ligeros (2019), describe el filme como "un fenómeno que tiene que ver con exorcizar cada vez más eso", algo que se "abrazar y aceptar que fue parte de la vida" para dejar de evitarla y sufrirla.
"Creo que la manera de ir entiendo la película va a ir cambiando cada vez más, creo que vamos a empezar a digerir la situación con una actitud un poco más benevolente", finaliza.